domingo, 25 de julio de 2010

hoy no

Enciendo el ventilador.
El techo es un yermo iluminado.
Cierro los ojos.

Debería estar en la playa limpiando la cocina para poder leer sobre tantas lagunas que menguan cuando escucho algo fresco antes de retomar el ciclo de cine donde empezar a diluirte como si estuviera comprometida o escribiendo al afinar el violoncello con la compañía de seguros mientras salgo a la calle y sin casualidad le encuentro porque pongo la lavadora tras terminar la lista definitiva de lo que debería estar haciendo.

Abro los ojos.
No hay sombras nuevas para reverdecer el techo.
El aire avanza, deja de tocarme y retrocede

va


vuelve


domingo, 18 de julio de 2010

recurrencias domésticas

Cansada de tropezarme contigo por toda la casa decidí recogerte, embasarte herméticamente y relegarte a uno de esos estantes a los que sólo llego subida a la banqueta.

Será por esa manía tan tuya a la recurrencia
que he vuelto a encontrate hoy,
desperdigado
en ese rincón donde, por mucho que barro,
siempre se me acumula el polvo.


sábado, 10 de julio de 2010