miércoles, 30 de junio de 2010

conjugación de la utopía

Presente muy indicativo:

Yo voto
Tú apadrinas
Él coopera
Nosotros reciclamos
Vosotros reivindicais

Ellos, se descojonan.

jueves, 24 de junio de 2010

desconxuro


Llegó la Noche y he venido para que ardas.
Lumarada na uña sucia que remexe o tempo.
Invoco tus nombres en la sombra rociada por las llamas.
Lume no lume resentido dos meus beizos fedorentos.
Pero entonces tu voz, qué extraña, orea mi espalda y comprendo.
Laparada na lingua morna que lambe eses ollos, estas chagas.
Me avivas sin encenderme y sin encenderme me quemo.
Chama que alumas, lume que chamas.
Llegó la Noche y he venido a ser derrotada.

martes, 8 de junio de 2010

empieza el acto

En el centro del escenario, mi sofá. Tú y yo agotados, cada uno en un extremo, con la misma distancia sin resolver de siempre.
Yo: Otra vez en la escena final. (Como no das muestra de prestarme atención prosigo) Te dije que pararas. (Miro al frente, al patio de butacas, como quien mira al futuro o al vacío.
En fin, comencemos.)

Yo (con cristales apagados en la garganta): Aunque lo repitamos mil veces, no vamos a cambiar nada.
Tú (sobreactuado): ¿Por qué lo dices?
Yo (apenas): Porque nos... (enmudezco, el silencio durará hasta que el público empiece a murmurar incómodo).
Tú (susurrando con disimulo): Porque nos hemos ahogado...
Yo (tras reírme descontroladamente): No me apuntes el diálogo, me lo sé a la perfección.
Tú (irritado, casi despótico): Pues nos estás dejando en ridículo.
Yo (¿rebelde?): ¡Estoy harta de seguir el guión!

Me levanto del sofá y represento paródicamente.
Yo haciendo de Tú (sobreactuado):“¿Por qué lo dices?”
Yo haciendo de Yo (apenas): “ Porque nos hemos ahogado de tanto intentar reanimarnos con el boca a boca. ”
Yo haciendo de Tú (indiferente o cansado): “¿Y eso qué se supone que significa?”
Yo haciendo de Yo (con los brazos extendidos con patetismo): “Que llegó el momento de dejarnos morir civilizadamente.”
Yo (engolada): Y etcétera, etcétera.
Tú (con ironía en la boca y en las manos): Plas, plas, plas.
Bajo los brazos y hago una reverencia burlona.

Yo (me enfrento al público buscando alguna reacción): ¡Ves!, a ellos les da igual... mientras no tengan que levantarse de la butaca. ¿No te das cuenta? (¡Eufórica!) ¡El escenario nos pertenece!
Tú (enlatado): No seas ingenua. Nuestros papeles son los que son.
Yo (fresca): Rancio.
Tú (nada rancio): Y tú cachonda.
Yo (algo cachonda): No empecemos...
Tú (empezando): Tarde.
Yo (tardísimo y riendo): ¡Para!...
Tú (sin parar): ven, que te voy a improvisar desde el principio.

Se baja el telón.
Empieza el acto.